Sociedad de la Información

Estamos viviendo un profundo proceso de transformación social. Nos encontramos ante la aparición de nuevas formas de organización social, económica y política. “Sociedad de la información, sociedad postcapitalista, sociedad postindustrial, sociedad red, son algunas de las expresiones que diversos autores, como Peter Drucker, Alain Mind o Alvin Toffler, Castells, entre otros, han popularizado en los últimos años. Más allá de las diferencias de perspectivas y de enfoques, todos estos análisis coinciden en asociar la entrada en el nuevo milenio con la conformación de una nueva estructura social. “Esta nueva estructura social esta asociada con el surgimiento de un nuevo modo de desarrollo, el informacionalismo, definido históricamente por la reestructuración del modo capitalista de producción hacia finales del siglo XX” (Castells, 1997: 16). 
Este autor plantea que el informacionalismo es el nuevo modo de desarrollo, constituido por el surgimiento de un nuevo paradigma tecnológico basado en el aumento de la capacidad humana de procesamiento de la información en torno a la revoluciones en microelectrónica e ingeniería genética.
Como podemos observar los cambios en la sociedad actual están íntimamente vinculados con las nuevas tecnologías de la información. Estas tecnologías tienen un impacto significativo no solo en la producción de bienes y servicios, sino también, en el conjunto de las relaciones sociales. Las nuevas herramientas han producido transformaciones de los vínculos sociales, otras formas de relacionarse con el espacio y el tiempo, modificaciones en las formas de pensar y conocer.
En mi trabajo como docente, cabe aclarar que cuento con apenas cuatro años de graduada, las herramientas tecnológicas me han brindado una ayuda importante, sobre todo la computadora e Internet. Son innumerables las posibilidades que me ofrecen los buscadores actuales para rastrear información, experiencias y las nuevas formas de almacenar y guardar la información a través de los pen drive.
En lo profesional mi contacto con las tics se remonta al año 2006 cuando comencé a trabajar como tutora en un Centro de educación a distancia. Allí tuve la oportunidad de descubrir las ventajas del correo electrónico y de esta modalidad educativa .Sin embargo, tengo que mencionar que es la primera vez que hago un curso a distancia como alumna.
Con respecto a lo personal, el uso del teléfono celular, el fax y luego el correo electrónico y el Chat, me permitieron nuevas formas de comunicación (caracterizadas por la velocidad, instantaneidad, momentaneidad, desaparición y aparición simultánea de actores, etc.,) que me demandaron adquirir y desarrollar nuevas habilidades. Así también descubrí, en estos últimos años, nuevas formas de entretenimiento y de ocio: los videojuegos, navegar en la red, leer libros (lectura on line), chatear, visitar sitios Web, etc.
Es verdad que disponemos cada vez de más medios para comunicarnos en la distancia, tecnologías que nos plantean un nueva forma y estilo de vida, que impactan a nivel social modificando nuestros hábitos y costumbres. Gracias a la tecnología, podemos trabajar desde el hogar, pagar impuestos, llenar una solicitud, comprar productos por Internet, comunicarnos con nuestros colegas y amigos por mail, estudiar a distancia, etc. Así, el teclado se ha convertido en un instrumento cotidiano para realizar funciones difíciles de imaginar hasta hace pocos años.
Sin embargo hay que reconocer que no todas las personas interactúan ni aplican las TICS e Internet en su vida cotidiana y laboral. Algunos por miedo, por ejemplo, tengo colegas que se resisten y se niegan a usar el teléfono celular o la computadora para no caer en una especie de dependencia o por temor al aislamiento y a no poder salir más de la pantalla una vez que empiecen a disfrutar sus beneficios. Otros no lo hacen por falta de alfabetización en competencias tecnológicas, lo que le impide compartir los nuevos hábitos culturales y comunicacionales mediados por la tecnología.
Si bien en mis comentarios he resaltado las ventajas de la inclusión de la tecnología en mi vida profesional y personal no debemos dejar de destacar algunos riesgos como por ejemplo la pérdida de la privacidad y el aumento del control sobre las personas y los grupos sociales. Como bien lo señala Fainholc “Un sujeto que paga con una tarjeta de crédito registra señales de dicha actividad económica (a quien paga, cuanta cantidad de dinero, la fecha y hora, el lugar). Cada vez que se efectúa una llamada telefónica, sea de telefonía fija o móvil, queda registrada, pudiéndose identificar el número al que se conecta, la hora y duración de la conversación. Una persona que navega por la Web debe saber que quedan almacenadas las direcciones visitadas y cualquiera puede saber, mediante esa información, mucho de sus gustos, intereses y formas de ocio” (Fainholc, 2007:41).
Por otra parte, el acceso a las nuevas tecnologías no esta al alcance de todos, solo de aquellos cuyo nivel económico les permita adquirirlas y que posean las habilidades requeridas y adecuadas para usarlas. Y por lo tanto son un factor más de desigualdad social que pueden separar más que unir. Como afirma Castells (1997) los tiempos diferenciales para el acceso al poder de la tecnología por parte de las personas, los países y las regiones son una fuente critica de desigualdad en nuestra sociedad.
 En un futuro inmediato aquellos ciudadanos que no sepan desenvolverse en la cultura y tecnología digitales de un modo inteligente-saber conectarse, navegar por redes, buscar la información útil, analizarla, reconstruirla, comunicarla y recrearla con los usuarios-no podrán acceder a la cultura digital vigente, al mercado laboral ni a la realidad de la sociedad de la información. 
Esto nos lleva a pensar que aun estamos lejos de los deseos proclamados en la Declaración de principios de la Cumbre Mundial de la Sociedad de la Información “construir una sociedad de la información centrada en la persona, incluyente y orientada al desarrollo, en la que todos puedan crear, consultar, utilizar y compartir la información y el conocimiento” (en Levis, 2004:1)


Bibliografía:
Castells, Manuel “La era de la información” (1997) Tomo 1, Economía, Sociedad y Cultura. Prologo: La red y yo.
Fainholc Beatriz. Programas, profesores y estudiantes virtuales: una sociología de la educación a distancia. Buenos Aires, 2007. Editorial Santillana.
Levis, Diego “Cumbre Mundial de la Sociedad de la Información. Modelo para armar” en Signo y Pensamiento nº 44, Bogotá.
Castells, Manuel “La era de la información” (1997) Tomo 1, Economía, Sociedad y Cultura. Capitulo 1 “La revolución de la tecnología de la información”